Resiliencia, la capacidad de
superar las adversidades
La resiliencia, la capacidad de asumir
situaciones límite o de sobreponerse a experiencias de dolor emocional, es una
característica de todas las personas en mayor o menor grado. Hay quienes, a
pesar de vivir circunstancias muy adversas, no solo no sufren traumas
psicológicos, sino que además salen reforzados. Pero, ¿todo el mundo tiene esa
capacidad? La resiliencia, ¿se hace o se nace? ¿Se puede aumentar? En este
artículo se da respuesta a estas cuestiones.
La resiliencia es un proceso por el cual las
personas tienen la habilidad de adaptarse a situaciones traumáticas, a
tragedias; en definitiva, a sobreponerse a la adversidad y a ser capaces de
seguir adelante, incluso, transformados. La investigación científica ha puesto
de manifiesto que la resiliencia es común a todas las personas, en mayor o
menor grado.
¿Se nace con resiliencia?
Esta capacidad humana de asumir con flexibilidad
situaciones límite, sobreponerse al dolor emocional que producen y seguir
proyectándose en el futuro, a pesar de los acontecimientos desestabilizadores o
condiciones de vida difíciles, es innata a la persona,. Es decir, todo el mundo
tiene la capacidad de resistir el golpe, sobreponerse y seguir adelante.
Pero, con esta capacidad, ¿se nace o se hace? Aunque
en algunas personas está más acusada que en otras, todos contamos con la
capacidad de sobreponernos. La resiliencia no es una característica especial
para una minoría, ni tampoco está reservada para personas extraordinarias, sino
que es una respuesta natural, normal y frecuente en el ser humano. Forma parte
de nosotros, parte de nuestra esencia, de nuestro objetivo y fin más primario:
la supervivencia, sobrevivir, seguir siendo quien somos.
Pero no solo de resiliencia está hecho el ser
humano. La resiliencia está asociada a unas características como el
autoconocimiento, la autoestima, la independencia, la capacidad para
relacionarse, la iniciativa, el buen humor y la creatividad, entre otras, y todas
ellas forman parte, en mayor o menor intensidad, de las personas que se
trasforman con el transcurrir de la vida. Sin embargo, es posible entrenarlas y
mejorarlas. Por tanto podemos afirmar que la resiliencia nace, se hace y se
puede aprender.
Estrategias para aumentar la capacidad de resiliencia
¿Cómo o qué se puede hacer para aumentar la
capacidad de sobreponerse a periodos de dolor emocional y situaciones adversas?
Hay que tener en cuenta que contar con esta fortaleza no significa que se sea
invulnerable o que no afecte un acontecimiento sufrido. "La persona,
después de pasar por una experiencia traumática, sufre un cambio que influirá
en su modo de pensar y de actuar".
Los autores que han investigado la resiliencia
defienden que la experiencia traumática puede generar tres tipos de cambio: en
relación a uno mismo, en las relaciones interpersonales y en la propia
espiritualidad y filosofía de vida. Y ser consciente de ello ayuda a aumentar
la capacidad de sobreponerse a la adversidad.
La personalidad resistente
La persona, construye su personalidad a través de
sus acciones, y la vida es un inevitable cambio asociado a situaciones de
estrés.
Desde este enfoque, además, se pueden distinguir tres
conceptos asociados a la resiliencia: el compromiso (cualidad de creer en el
valor de uno mismo y de sus acciones), el control (la manera de pensar y de
actuar ante situaciones, relacionado con el control de uno mismo y con su
responsabilidad) y el reto (la creencia de que el cambio es inherente a la
vida; esta cualidad proporciona una flexibilidad que ayuda a la superación).
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