lunes, 7 de septiembre de 2015

Programa "Sal de la Mesa" !!!!!



Sigue vigente el Programa "Sal de la Mesa"

El mozo todavía no dejó el plato de la comida en la mesa y el cliente ya tiene el salero en la mano listo para volcar una gran cantidad de sodio sobre el mismo y así colaborar con muchas enfermedades graves y por demás prevenibles.

Esta escena sucede en la mayoría de los bares y restaurantes de la Argentina, donde se consumen casi 12 gramos de sal por día, cuando lo recomendable por la Organización Mundial de la Salud (OMS) son de 4 a 6.
"Desde chicos vamos adquiriendo un "gusto" por sobrecargar de sal nuestro organismo y, si uno está genéticamente predispuesto a no poder soportar esa sobrecarga, puede provocar hipertensión arterial. Se estima que a los dos años de edad los niños empiezan a ser influenciados en sus hábitos de alimentación. Es por esto que la niñez es el mejor momento para educar el paladar y acostumbrarlo a consumir las cantidades recomendadas".
El consumo diario de sal entre los argentinos descendió dos gramos. Pero todavía falta para llegar a lo que se aconseja que es de 4  6 gramos..
Por cada gramo de sal que se reduce en el consumo se evita cada año la muerte de 2000 personas
El Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, Argentina, puso en marcha hace seis años el programa provincial de hipertensión arterial llamado “Sal de la Mesa”, que incluye entre varios puntos, eliminar los saleros de las mesas de los restaurantes y un acuerdo con los sindicatos de panaderos para la elaboración de productos con bajo contenido en sodio.
El objetivo del Programa fue lograr una reducción en el consumo de sal y, con ello, reducir los riesgos cardíacos de la población, lo cual se logró con números concretos.
"Es sabido que su excesiva ingesta (particularmente el sodio que la sal contiene) es el principal factor de riesgo de contraer hipertensión arterial; así como también es un fuerte favorecedor de la aparición de enfermedad de las arterias coronarias, accidentes cerebrovasculares (ACV), infarto agudo de miocardio (IAM), insuficiencia renal y obstrucción de las arterias de los miembros inferiores. Es por esto que las autoridades médicas internacionales recomiendan consumir no más de 5 gramos de sal diarios.
El exceso que ingresa habitualmente a nuestro organismo proviene de 3 fuentes:
La que se utiliza en la cocina del hogar para la elaboración doméstica
La que se agrega en la mesa
La que contienen los alimentos procesados, envasados o enlatados, que utilizan sal para la conservación de los mismos
"El hábito poco saludable de "sobresalar" los alimentos, agregándola a los platos aún antes de probarlos, es una costumbre sumamente negativa pero muy común. La Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, comprobó como dato significativo que el 25,4% de la población argentina agrega siempre sal a las comidas en forma discrecional", apuntó el experto.
La sal puede reemplazarse por muchas especies y condimentos, como el limón, vinagre, aceto balsámico, perejil, orégano, ajo, entre otros. También, pueden utilizarse las sales comerciales con bajo contenido (o carentes) de sodio, que contienen cloruro de potasio en lugar de cloruro de sodio"..
Y explicó que es muy recomendable inducir a las familias a adaptar el paladar a estos productos desde los primeros años, ya que los bebés y los chicos no han acostumbrado aún su paladar a los sabores salados.
SODIO EN LA DIETA
El sodio es un elemento que el cuerpo necesita para funcionar correctamente ya que controla la presión arterial y el volumen sanguíneo. El cuerpo también necesita sodio para que los músculos y los nervios funcionen apropiadamente.
"El sodio se presenta de manera natural en la mayoría de los alimentos. La forma más común de sodio es el cloruro de sodio, que corresponde a la sal de cocina. La leche, las remolachas y el apio también contienen sodio en forma natural. El agua potable también contiene sodio, pero la cantidad depende de la fuente".
El sodio también se añade a muchos productos alimenticios, y algunas de sus formas son: glutamato monosódico (GMS), nitrito de sodio, sacarina de sodio, polvo para hornear (bicarbonato de sodio) y benzoato de sodio. Éstos se encuentran en artículos como enlatados como el pure de tomates,  tomates enteros, arvejas, choclos y otros alimentos enlatados,  salsa de soja, la sal de cebolla, la sal de ajo, cubos de caldo concentrado..
Las carnes procesadas, como la panceta los embutidos y el jamón, al igual que las sopas y verduras enlatadas, también contienen sodio agregado. Por lo general, las comidas rápidas tienen un contenido alto de sodio.
Retirar los saleros no es una estrategia suficiente, ya que cada ciudadano tiene un salero en su casa y es allí donde más come y sala sus comidas. Es necesario una campaña masiva que abarque todas las etapas educativas, ya que en nuestro país el nivel de conocimiento y detección, tratamiento y control de la hipertensión es muy bajo".


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